Entre dinares y «millimes»

Día prácticamente burocrático con tintes de stress y relax a partes iguales.

Hoy, sí hemos descansado. Ayer, tras unas cuantas vueltas, conseguimos dar con un hotel cerquita del puerto en La Goulette, el Lido. Económico y recomendable si, como nosotros, se llega a última hora del día. De hecho, pensamos que vamos a repetir la última noche antes de coger el ferry de regreso.

Antes lo habíamos intentado en Sidi Bou Said, sin éxito. Uno lleno y «caro», otro cerrado, …
Así que volvimos para atrás, un par de preguntas a unos cuantos paisanos y asunto solucionado.

La intención era descansar, no madrugar demasiado, conseguir algunos dinares a cambio de otros tantos euros y, sobre todo, zanjar el tema del ferry de regreso.
Pero antes teníamos que resolver una de nuestras principales preocupaciones del día. La cena. Preocupación que resolvimos de buena manera con sendos peces recién pescados …

Y amaneció …

Y llegó el stress. En el puerto nos han mareado … Primero en esta oficina, después en aquella, ahora de nuevo en la primera pero no funciona el sistema … Total, que conseguimos la dirección de la oficina de la compañía que en su día nos pondrá en Marsella en unas 22 h., SNCM .
No teníamos previsto pasar por el centro de Túnez pero, visto lo visto, teníamos que hacerlo y resolver este tema si queríamos olvidarnos de ello durante el resto del viaje.

Y así lo himos.
Llegamos a la oficina de SNCM a las 12,10 h. Oh, acaban de cerrar y tenemos que esperar hasta las 14,00 h.
No importa, aprovecharemos para cambiar dinero, dar una vuelta por el centro y, como no, comer algo…

…algo picante como un demonio. Una especie de sopas de ajo con garbanzos, y cuyo nombre en árabe es impronunciable; y un plato de Kaftaji, especie de ensalada con patata, que también picaba como el chile verde. Deliciosos, en cualquier caso, los dos platos.

Puede que parezca que hayamos perdido mucho tiempo en este día y que haya sido poco provechoso, pero nos ha servido para hacer eso que tanto nos gusta. Mezclarnos un poquito más con las gentes de este país, que tan amablemente nos están tratanto, impregnarnos de sus olores, de sus sabores, de sus humores… Risas varias con la vendedora de los billetes del ferry que no sabía contar en dinares, el caballero que nos quería cambiar el dinero a través del cristal de la ventanilla, el limpiabotas que se empeñaba en querer limpiar la mugre de las mías aún diciéndole que a mí me gusta llevarlas así, el señor que me decía que hay 6 tipos de mapas de Túnez y cuando ha visto el mío ha sabido que por lo menos son siete y no seis, … Estaba claro que al final lo que quería era vendernos un mapa, pero cuando ha visto el Reise know-how, se ha percatado de que no tenía nada que hacer.

Y llegó el relax …

Y con él, el momento de decidir hacia donde ir. Hammamet es la elección. Comenzaremos a bajar por la parte este del país.
Viendo que se nos hacía de noche hemos preferido quedarnos a dormir aquí. Además hemos encontrado otro hotelito, La Residence, del que hasta me da vergüenza escribir el precio. Diría que esto es incluso más barato que Marruecos.

A partir de ahora intentaremos aprovechar más el día, puesto que anochece pronto, sobre las 17.30 h.

Sólo llevamos unas cuantas horas aquí y, sin embargo, ya comenzamos a sentir esa tristeza que provoca el momento de marcharse de un lugar para llegar a otro al día siguiente, eso sí, con alegrías y energías renovadas.

Y así, entre dinares y «millimes», hemos pasado nuestro primer día en Túnez, esperando impacientes el segundo, que seguro será más intenso que el anterior.

¡Hasta mañana!