Otra de romanos

Amanece algo nublado, aunque no parece que vaya a llover.
Hoy toca un poco de costa. La idea es ver la zona de Porto Covo y Setubal, aunque dependerá de como vaya el día. Intentaré buscar algun sitio cerca de Lisboa para dormir y así poder visitarlo mañana.

Llego hasta Ilha do Pessegueiro. ¡Mola!

Casi me dan ganas de comer allí, ya son mas de las 13,00 h., pero lo pienso y me digo que seguro que de camino a Sines hay algún sitio para comer.
Y mira por donde aparece ante mis ojos un cartel que dice Bom Petisco. Paro y adentro.
Hay que esperar un poco, ya que hay bastante gente. ¡Uy que buena pinta!
Además son majos y me dejan elegir un par de peces.

¿Qué me decís?

Lo cierto es que es un sitio totalmente recomendable, por calidad, atención y precio.

Hoy no hay sobremesa y continuamos hacia Sines. Entro en el pueblo por curiosidad, y salgo rápidamente. Todo está en obras.
Pregunto a un agente de la GNR que me indica perfectamente la salida hacia Troia y Setúbal. También me recomienda Costa da Caparica para pernoctar, ya que Cascais, que era mi idea inicial, aparte de ser más caro esta algo más lejos de Lisboa.

Llego a Troia.
Primero a la Troia Resort. Con sus hoteles, sus campos de golf, su puerto deportivo, sus «gentes de bien», …

Luego a la Troia antigua. Y tanto. Sí amig@s, unas nuevas ruinas romanas. ¿Qué pensábais?

Se trata de una factoría de pescados en salazón, junto con un mausoleo, una necrópolis y unos baños. Datan del siglo I al siglo VI.

Pero antes hubo que pagar 5 € y hacer unos Kms. de trail.

Tras la visita tomamos rumbo a Setúbal, pero por mar. Je.

Y llegamos. Habría merecido la pena darse un paseito por sus calles, pero preferí dármelo con la moto y por el P. N. da Arrábida.
Si alguna vez tenéis la oportunidad no dejéis pasarla. Carretera y asfalto inmejorables. Y unas vistas impresionantes.

Precisamente aquellos edificios que se ven componen parte del resort.
Paradojas de la vida. En pocos metros de distancia unos levantan modernos edificios y otros tienen que cavar para conseguir «ver» los restos de una pequeña villa del siglo I.

Y esto es todo, mañana más. Y si puede ser, mejor.

Ah, lo olvidaba. Llegué a Caparica y hoy vuelvo a dormir en «mi casa».